Miradas lascivas

En el metro de la ciudad de México se han presentado casos de extorsión, en el que una mujer acusa a algún desprevenido (y desafortunado) sujeto de haberla manoseado o haberse exhibido enfrente de ella. Y el supuesto victimario (en realidad la victima) se encuentra ante el dilema de terminar en el ministerio público en donde le será imposible probar su inocencia (basta la palabra de la acusadora para implicarlo) o desembolsar unos cuantos miles de pesos, que serán distribuidos entre la acusadora y el policía del metro.

De esta forma, un hombre inocente se transforma en víctima de la extorsión, gracias a un sistema legal incompleto e ineficaz, y a una policía poco preparada.

A partir de este sábado 8 de marzo, el potencial para este tipo de delitos será más grande, ya que los brillantes políticos del reichskommisariat del Distrito Federal han decidido que las palabras y las miradas lascivas ahora constituirán un comportamiento ilegal.

Los problemas con este tipo de iniciativas legales son probablemente demasiados para ser listados uno por uno -el potencial para que ciudadanos inocentes sean extorsionados es sólo uno de ellos. Uno de los más grandes es el de la trivialización de la justicia en el Distrito Federal. Al clasificar como delitos conductas como el fumar o el lanzar miradas lascivas lo único que se logra es convertir a ciudadanos no violentos en delincuentes. Y para un policía o un ministerio público es más fácil poner en la mira a un ciudadano que tuvo el mal gusto de lanzar un piropo subido de tono, que a un narcomenudista armado o un defraudador con influencias.

Por otro lado está el problema que aqueja a todo el sistema legal en este país: la ambigüedad y la vaguedad. ¿Quién demonios define qué es y qué no es una palabra -ya no digamos una mirada- lasciva? No es un asunto sin importancia, por que la libertad y/o la propiedad de muchos ciudadanos podría depender de cómo un ministerio público interprete un concepto tan ambigüo como el de mirada lasciva.

Pero el problema más grande es esa tendencia del gobierno local a introducir legislaciones que atentan en contra de las libertades básicas, y hacerlo dándoles la apariencia de leyes progresistas y políticamente correctas. Estas leyes lo único que hacen es poner a los ciudadanos en una posición de riesgo a ser injustamente multados o incluso encarcelados, o por lo menos extorsionados, mientras que los delincuentes de verdad pueden, con toda la comodidad del mundo, afectar los derechos de los ciudadanos. Lo peor de todo es que poco a poco están transitando el camino entre castigar los delitos -acciones ilegales- a sancionar los comportamientos ilegales. ¿Cuánto tiempo pasará antes de que comiencen a considerar que algunas ideas deben de ser catalogadas como ilegales?

No estoy defendiendo a aquellos que exhiben conductas como las que se planea castigar con esta nueva ley. El punto es que esta ley será completemente inútil para hacerlo, y sólo afectará a los ciudadanos.

La izquierda que ha gobernado a la Ciudad de México tiene un enfoque muy curioso sobre qué debe o qué no debe de ser castigado. Ofender a un policía, fumar un cigarro o mirar lascivamente a alguien son conductas ilegales.

Pero quemar vivas a dos personas enfrente de todo el país es perfectamente aceptable. Recordemos que fue Marcelo Totalitariamente Palacio Ebrard -principal impulsor de estas legislaciones- el responsable de esa criminal omisión.

Un comentario en “Miradas lascivas

  1. Osea, que el poder ver a una mujer, será «delito».

    México, país surrealista con gobernantes incompetentes…

    … mientras esto pasa, y el pelele del peje -aka ebrard- sigue con sus frivolidades, colonias completas en el DF siguen sin agua potable…

    Saludos

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